lunes, 23 de diciembre de 2013

La puebla nazarí de Balafiq (Velefique, Almería) y su recinto amurallado.

Por este nombre se conocen los restos de la cerca que protegía el hisn musulmán de Balafiq (localizados junto a la actual Velefique, provincia de Almería), nombre procedente del latin Vallis faci que quiere decir el valle de la Higuera.

Vista general del recinto amurallado de la antigua puebla Nazarí de Balafiq. Fotografía tomada desde el cerrete contiguo donde pervive, peor que mejor, el antiguo camino que hasta sus muros conducía.

El lugar se encuentra plenamente desarrollado en el siglo XII cuando aparece citado en el Nuzhat almustaq fi ijtiraq al-afaq (Diversión de aquel que tenga el deseo de recorrer el mundo), uno de los mejores libros de geografía de la Edad Media, concluido por el sabio ceutí al-Idrisi en 1154. Balafiq es presentado como un hisn localizado en la cora de Almería, a una jornada de ésta. Lo más probable es que no fuera un lugar de reciente fundación sino bastante antiguo. Factores como su nombre de origen latino o la estratégica posición en plena sierra de los Filabres guardando la cabecera de uno de los valles que bajan hacia el campo de Tabernas desde donde se podía acceder directamente a la capital almeriense (o a Bayyana para el caso), permiten asignarle una cronología mínima emiral, allá por los siglos IX-X si es que no estaba habitado ya cuando la invasión musulmana.

El recinto fortificado cuyas ruinas pueden verse en la actualidad fue construido en la segunda mitad del siglo XII por Abu Ishaq Ibrahim, natural de la propia Velefique y que según las fuentes musulmanas edificó hasta veinte fortalezas, entre murallas y torres de alquería, con sus mezquitas a lo largo y ancho de la sierra de los Filabres. La tipología de la fortificación no desmiente esta aseveración.

Lienzo torreado en el frente septentrional del castillo de Velefique.

Hoy en día sólo se conserva el lado de la muralla que da al norte, lo que no resulta de extrañar ya que al ser éste el único flanco fácilmente accesible del cerro en que se encuentra la fortaleza es normal que allí se concentraran las defensas artificiales. De hecho, lo más probable es que el resto del perímetro amurallado fuera de mucha menos entidad, lo que unido a su más que probable escasa entidad constructiva haya provocado su temprana canibalización.

El frente septentrional antes citado es un largo lienzo rectilíneo flanqueado cada pocos metros por torres cuadradas no demasiado proyectadas hacia el exterior. En su ejecución se empleó un mampuesto no mal escogido aunque sin desbastar aglomerado con una argamasa de barro más o menos pobre, responsable última del deficiente estado de construcción en que se encuentran estos restos. Algunas torres eran huecas, otras parecen hoy macizas si bien podría ser que el relleno fuera fruto del derrumbe de los paramentos superiores y no del deseo de sus constructores.

Lienzo septentrional. Bastante deteriorado, como se ve.

En el sector noroccidental de la cumbre de cerro, aprovechando una ligera elevación que allí se encuentra, podemos distinguir los restos del núcleo principal de la fortificación, habitual complemento de la cerca ciudadana en el mundo musulmán y en el de los husun rurales en particular. En él se encuentran los cimientos de una torre de tapial y también dos hermosos aljibes de gran tamaño, bastante bien conservados. Aunque estas obras pudieran ser por su tipología obras almohades, yo me inclino a calificarlas de nazaríes dada la presencia de dos soberbios arcos fajones en cada uno de los aljibes, encargados de asegurar el sostenimiento de las bóvedas de medio cañón que los cubren, todavía en pie aunque dañadas. En tal caso deberemos datarlas en los siglos XIV-XV, si bien lo más probable es que en ese mismo lugar se haya alzado siempre la fortificación principal del hisn, quizás incluso el castillete primigenio que dio lugar al asentamiento.

Torre cuadrangular hueca del lienzo septentrional.

El interior del recinto amurallado se encuentra plagado de restos de edificaciones, en su inmensa mayoría viviendas y talleres de humilde factura. Son los restos de la Velefique musulmana, ganada por los castellanos en 1488 mediante capitulación. Sabemos gracias a al-Maqqari que a raíz de la conquista de la sierra de los Filabres, los cristianos intentaron que la población musulmana de la comarca se convirtiera a la fe de Cristo. El éxito, bastante reducido en esta parte del reino de Granada, fue especialmente insignificante en esta plaza de Balafiq. En consecuencia los cristianos, recelando de que los andalusíes siguieran viviendo en una plaza tan fácil de defender, obligaron a sus moradores a evacuarla, dispersándolos por doquier. No fue aquél un desalojo fácil si hemos de creer a al-Maqqari, pues se produjeron muertes entre los desesperados balafiqueños que se resistían a abandonar el solar de sus ancestros. Así mismo muchos fueron hechos cautivos, posiblemente por mostrarse abiertamente rebeldes.

Torre de tapial de cronología nazarí. Zona alta.

Repoblada la plaza posteriormente, se supone que por colonos cristianos, no se quiso regresar al emplazamiento en lo alto del cerro, tan seguro como inhóspito. Quedó así abandonada la antigua puebla de Balafiq, empezaba la historia de Velefique...

Aljibes nazaríes del recinto amurallado de Velefique.

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